Jean Charlot: Escritos sobre Arte Mexicano



 

Escritos Sobre Arte Mexicano
Jean Charlot

 

Editado por Peter Morse y John Charlot

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ÍNDICE

Introducción

México de los Humildes

El Movimiento Actual de la Pintura en México

El Movimiento Actual de la Pintura en México

El Egoísmo Individualista

Los Retardatarios.--El Clasicismo.--El Academismo y sus Falsas Glorias.--La Anarquía.--El Nacimiento del "MEXICANISMO"

Aspectos Comparativos de la Orientación al Clasicismo de la Moderna Pintura Europea y Mexicana: Primer Cuadro Gráfico por el Ingeniero Juan Hernandez Araujo

La Influencia Benéfica de la Revolución Sobre las Artes Plásticas
El "Nacionalismo" como Orientación Pictórica Intelectual

Un Escultor: Manuel Martínez Pintao

Carta al Sindicato de Pintores y Escultores Revolucionarios

Las Pinturas de la Escuela Nacional Preparatoria

Prólogo como Presentación de un Grupo de Grabadores en Madera

El Grabado en Madera y los Artistas Tapatíos

Notas sobre la Conversación con Doña Carmen Rubio de Vanegas Arroyo

Un Precursor del Movimiento del Arte Mexicano: el Grabador Posadas

La Estética de las Danzas Indígenas

El Papel de Rafael Yela Gunther en el Actual Movimiento de Arte

Prólogo: José Guadalupe Posada

Pinturas Murales Mexicanas

Para las Gentes de Buena Voluntad

Asimilando

Manuel Manilla, Grabador Mexicano

Nota sobre Manuel Manilla

David Alfaro Siqueiros: Un Verdadero Rebelde en Arte

Modelado

Fermín Revueltas

Nota sobre la Pintura Mural de los Mayas

Los Bajorrelieves del Templo de los Guerreros

José Clemente Orozco: su Obra Monumental

José Guadalupe Posada, Grabador Mexicano

Carlos Mérida, Maestro Consciente de su Arte

Stefa Brillouin

Juan Cordero, Muralista Mexicano

Entrevista en la Estación de Radio XED

Dos Cartas

El San Cristóbal de Santiago Tlatelolco, Palimsesto Plástico

Cien Grabados en Madera de José Guadalupe Posada

Exposición de Tapicería Religiosa de Lola Velásquez Cueto

Los Papeles "Picados" de Lola Cueto

Aguatintas de Lola Cueto

Galo Galecio, Grabador Ecuatoriano

Prólogo: Alfredo Zalce, Estampas de Yucatán

Prólogo a Retrato de la América Latina hecho por sus Artistas Gráficos

Mowentihke Chalman/Los Peregrinos de Chalma: Pieza para Muñecos

Carta a Alberto Beltrán

Recuerdo de Leopoldo Méndez

Carlos Mérida, Coloso del Arte Mexicano

La época Xavier Guerrero

Carta a Helga Prignitz

Carta a Carmen Barreda

 

Notas Bibliográficas

Libros de Jean Charlot sobre Arte

Apéndice: Frances Karttunen: Mowentike Chalman/Los Peregrinos de Chalma de Jean Charlot

Los Editores


ADDENDA

Carlos Merida y la pinturaA19

José Clemente Orozco: Frescos

 

 


Introducción

A mis queridos compañeros con los cuales quisimos crear art mexicano -- Esta prueba de que tal arte ya nacido desde siglos goza siempre de muy buena salud.

De un ensayo incompleto de 1925

 

El presente volumen contiene todos los escritos completos que Jean Charlot redactó en español. Incluye, además, algunos otros que, si bien importantes, son menos formales.1 Los textos originales fueron principalmente compuestos durante los años que el autor vivió y trabajó en México: 1922-1928 y 1945-1947. Abarcan muchos aspectos del arte mexicano, desde danzas indígenas hasta la maestría de los grandes pintores muralistas. Charlot creó diecinueve libros y varios cientos de artículos, la mayor parte de ellos en lengua inglesa. Podría ser muy conocido hoy sólo como historiador de arte, si nunca hubiese dado una pincelada.

Jean Charlot nació en París, en 1898, y allá mismo aprendió el idioma español siendo todavía un niño. Descendía, por el lado materno, de los Goupil, familia francesa establecida en México hacia 1830. La abuela de su madre, María Benítez Meléndez (1811-1875), esposa de Victor Joseph Goupil (1806-1884), tenía ascendencia azteca. El conocimiento de México y su lengua estaba considerado como parte fundamental del patrimonio familiar. En los años juveniles del artista, los Charlot tenían parientes en México y comúnmente recibían huéspedes mexicanos. Los mexicanistas franceses Désiré Charnay y Auguste Génin se encontraban entre las visitas habituales de la familia del artista. El joven Charlot desarrolló una conciencia superior respecto del carácter único de la lengua española. A los ochenta y tantos años, Charlot podía escribir en cinco idiomas diferentes (francés, español, inglés, náhuatl y hawaiano) y experimentó las distintas cualidades de cada lengua y cultura; no obstante, su estilo permaneció siempre personal, hasta en lo ideosincrático, en cada una de ellas. En español, por ejemplo, Charlot, y también Rivera, utilizó palabras arcaicas como delectar, delectación, y anonimidad (más fieles a la forma latina, base común del español y del francés) y giros idiomáticos originales o basados en el lenguaje popular del México de su tiempo. El lector encontrará también palabras extranjeras y expresiones basadas en el francés y, más adelante, en el inglés. En nuestro trabajo de edición, hemos tratado de respetar al máximo los textos originales, corrigiendo solamente los errores evidentes y regularizando la puntuación en algunos casos. Hemos mantenido las erratas en los nombres sólo cuando lo hemos considerado con significado histórico. Agradecemos al poeta Jorge Lobillo, a las señoras Luz Marina Barnard y Marta Gonzalez por su valiosa ayuda con el español de los textos.

Cuando Charlot llegó por primera vez a México en 1921, ya había publicado varios artículos en francés. Hablaba bien el español, pero no tenía plena confianza para escribirlo literariamente. Sus primeras impresiones las vertió en francés y su amigo Diego Rivera las tradujo al español. La prosa "México de los Humildes", sin embargo, nunca se había publicado (hasta ahora) en español o en francés: apareció, en la propia versión inglesa de Charlot, en 1926.

Al principio, Charlot escribía el borrador en francés y luego realizaba el texto definitivo en español. Su artículo "Pinturas Murales Mexicanas", publicado en 1926, parece ser el primer texto escrito enteramente en español, ejercicio que prosiguió a partir de ese momento y ese manuscrito. Profesaba un afecto especial por la lengua y la literatura mexicanas. Sentía que los mexicanos conservaban formas arcaicas de hablar que ya se habían perdido en España. En una ocasión, dijo: "¡Cuando se lee Don Quijote con pronunciación mexicana, es verdaderamente hermoso!" Consideraba la influencia indígena un ingrediente esencial de la cultura mexicana. Siempre hablaba con admiración de escritores como José Joaquín Fernández de Lizardi, José Vasconcelos, Mariano Azuela y Gregorio López y Fuentes. Posteriormente, ilustró las ediciones en idioma inglés de El Periquillo Sarniento y El Indio.

La fama mundial de Charlot está basada principalmente en los murales que pintó en México; en especial, "Masacre en el Templo Mayor" de la Escuela Nacional Preparatoria, finalizado el 31 de enero de 1923, y los tres frescos (uno de ellos destruido después) del segundo patio en el edificio de la Secretaría de Educación, que terminó el 2 de octubre de 1923. Por estos trabajos monumentales percibió un sueldo de ocho pesos diarios. En sus archivos, hay dos recibos de pago firmados por él:

RECIBÍ de la Pagaduría General de la Secretaría de Educación Pública, la cantidad de $80.00 (OCHENTA PESOS), importe de mi sueldo como Inspector de Dibujo de las Escuelas del Ayuntamiento que pasaron a depender de la Secretaría de Educación Pública a razón de ocho pesos diarios y por el periodo comprendido del 11 al 20 de Julio del corriente año. El nombramiento que acredita este recibo ha sido extendido con fecha 11 de Marzo de 1922.
México, 20 de Julio de 1922

[firma] Jean Charlot

 

Recibo de la Caja de la Escuela N. Preparatoria la cantidad de $200.--Doscientos pesos oro nacional como resto de los cuatrocientos que importa el pago del decorado que ejecuté en dicho plantel.

México, 25 de Enero 1923

[firma] Jean Charlot

 

Sus primeros textos publicados en español fueron escritos con la colaboración de su amigo de toda la vida, David Alfaro Siqueiros. Ambos jóvenes artistas escribieron una serie de cinco artículos para el periódico El Demócrata, con el seudónimo de "Ingeniero Juan Hernández Araujo". Era costumbre, en aquel tiempo, usar un seudónimo para criticar contemporáneos (por ejemplo, en los famosos artículos escritos por Obregón y Carranza de la misma época). Siqueiros y Charlot trabajaban tan estrechamente y con tanta armonía en sus ideas que es imposible distinguir el estilo de dos escritores diferentes. En El Renacimiento del Muralismo Mexicano 1920-1925 (México, Editorial Domés, 1985, pp. 239-240), Charlot escribió:

Hernández Araujo, defensor de Charlot y Siqueiros, nos dio en El movimiento actual de la pintura en México el único examen histórico de arte, realmente contemporáneo de los comienzos del movimiento. Contribuye al interés del trabajo el saber que sus cuatro entregas, publicadas en El Demócrata entre el 11 de Julio y el 2 de Agosto, fueron un engaño literario. En esa época, Siqueiros y yo vivíamos juntos en la Colonia Roma. A medida que se alargaban nuestras charlas, coincidían nuestros puntos de vista. La crítica del arte mexicano nos parecía inadecuada y decidimos darle un empujón. Para dar al texto la autoridad de que carecían los apellidos de dos modernistas que apenas emergían, escogimos el impactante seudónimo de ingeniero Juan Hernández Araujo. El seudónimo era también una jugada inteligente, en la medida en que el ingeniero no salvaba a nuestros amigos ni se inhibía para proclamar nuestro valor.

A pesar de que Charlot y Siqueiros deseaban claramente continuar con sus comentarios, el periódico los detuvo después de sólo cinco artículos.

Ya con más confianza en el idioma español, Charlot comenzó a escribir con regularidad sobre muchas facetas del arte mexicano. Elogiaba a sus contemporáneos: Orozco, Mérida, Revueltas, Pintao y Günther. Analizó muchos aspectos del arte indígena mexicano. Defendió vigorosamente los murales de la Escuela Nacional Preparatoria, que fueron atacados por estudiantes de la misma Escuela. (Ellos le abrieron las páginas de su propio periódico). Estos ensayos apasionados se encuentran entre sus trabajos más originales. Sin el uso de clichés o expresiones convencionales, logra una alta y poderosa retórica. Frases fuertemente rítmicas, de inusual pero expresiva sintaxis, encauzan las emociones del escritor junto con sus pensamientos. Esta complejidad de expresión coloca profundamente estos ensayos cortos dentro de manifiestos cargados de la preocupación central de Charlot por la vitalidad del arte mexicano.

Se ha dicho en el acervo documental contemporáneo de Charlot y posterior a él que sus ensayos son exposiciones fundamentales y medios de difusión del movimiento artístico mexicano. En una entrevista el 29 de enero, 1971, Carlos Mérida afirmó: "sus escritos eran muy comunes dentro del momento." Estos aspectos de sus escritos han sido la continuación de sus trabajos anteriores en Francia. Allá, él utilizó sus crónicas para explicar el nuevo movimiento litúrgico, en el que participó, de manera que el público pudiera entenderlo y, por tanto, apreciarlo. Durante el resto de su vida escribió provechosos artículos de este tipo. Un poderoso espíritu positivo alentó siempre, en ese sentido, sus esfuerzos. Aunque a veces atacaba a los críticos que se hallaban fuera del círculo de los artistas, Charlot se cuidaba de censurar a los que estaban dentro de ese medio (excepto en los artículos de Araujo), aun cuando fueran sus opositores.

Si Charlot no hubiese escrito nada más, de todas maneras habría sido famoso por haber descubierto a José Guadalupe Posada, el gran artista gráfico mexicano. Su artículo "Un Precursor del Movimiento del Arte Mexicano: el Grabador Posadas", publicado en agosto de 1925, destacó por vez primera a Posada como un artista. (La primera mención del nombre de Posada está en el primer artículo del ingeniero Juan Hernández Araujo, del 11 de julio de 1923). Antes de Charlot, el trabajo de Posada era conocido solamente como anónimo "folklore" mexicano. De hecho, había sido llamado por el gran Dr. Atl como arte popular. En efecto, este francés, Charlot, les decía a los mexicanos: "¡Miren! Un gigante vivió una vez entre ustedes y su nombre fue Posada". Pronto, todo México, y después todo el mundo, reconoció la verdad de este descubrimiento. Charlot continuó esta apreciación en muchos otros escritos sobre Posada y su colega, Manuel Manilla. La lista de trabajos hechos por Manilla, publicada aquí por primera vez, será de gran utilidad para que los estudiosos puedan distinguir las obras de este artista y las de Posada.

A sesenta años de haberse escrito, los ensayos en español de Jean Charlot asumen una importancia que va más allá de su propia época: son testigos contemporáneos de la base intelectual del movimiento muralista mexicano. En algunos casos, estos escritos pueden corregir errores o malas interpretaciones posteriores. Los artículos de Araujo, por ejemplo, muestran el profundo respeto que los jóvenes artistas profesaban al arte y la arquitectura coloniales mexicanos. El lector puede sentir su lucha por crear un estilo nacional que perpetuara las grandes tradiciones clásicas occidentales. Estos ensayos también permiten, a los historiadores, considerar la influencia intelectual de Charlot en el movimiento, aparte de su importancia técnica, generalmente reconocida. Charlot presentó ideas sobre el artista considerado como artesano, del arte como ciencia, de la inspiración del arte indígena y de la labor del investigador como ayuda que favorece a la creación. Todas estas ideas provenían de su formación clásica francesa y fueron ampliamente aceptadas dentro del movimiento mexicano.

En 1926 Charlot estuvo en Yucatán, en calidad de artista miembro de la expedición arqueológica que descubrió el gran Templo de los Guerreros en Chichén Itzá. Aunque este trabajo le proporcionó una forma de vida y enriqueció su vocabulario artístico, lo alejó de la vida cultural metropolitana. Escribió ampliamente sobre el arte de los mayas, pero normalemente en inglés. A principios de junio de 1929, Charlot viaja a los Estados Unidos con el objeto de corregir las pruebas del texto y las ilustraciones del informe sobre las excavaciones. Sin propósitos inmediatos de conseguir un empleo en México, obtiene uno en Nueva York y recibe, cada vez más, una aceptación mayor en los círculos de arte internacionales. Trabaja como muralista en ese país, a finales de los años 30. En 1942, se inició como profesor de arte en la Universidad de Georgia.

En 1945 retorna a México, becado por la fundación Guggenheim para pagar su manutención y la de su creciente familia. "¡Me dieron un subsidio como historiador, no como artista!", decía, sonriéndose. En rigor, sus investigaciones resultaron dos magníficos estudios de historia del arte: Mexican Art and the Academy of San Carlos y Renacimiento del Muralismo Mexicano 1920-1925. El estudio clásico de Charlot sobre el gran pintor muralista mexicano Juan Cordero, escrito en 1945, se publica íntegro en este libro por vez primera. Hemos sido afortunados en encontrar, entre los papeles de Charlot, la transcripción de una entrevista radiofónica que señala detalles sobre su vida y su obra hasta 1945. Asimismo, Charlot continuó los estudios acerca del trabajo de José Guadalupe Posada, cuyos textos fueron publicados en inglés. Por otro lado, él siempre deseó compilar un catalogue raisonné completo de la obra gráfica de Posada, pero nunca contó ni con el tiempo necesario ni con el apoyo económico para llevar a cabo la investigación detallada.

Durante este periodo también estudió el idioma náhuatl, con el famoso erudito R.H. Barlow. En su adolescencia en Francia ya había estudiado el náhuatl y en los años veinte había aprendido a conversar en náhuatl con la modelo e informante lingüística Luz Jiménez. El pintor Pablo O'Higgins recordaba a Charlot conversando con ella en náhuatl mientras posaba para él (entrevista con Lester C. Walker, Jr., 21 de Marzo, 1974). Charlot amaba verdaderamente la literatura náhuatl y recitaba el famoso poema Nonantzin ixkwak nimikis, La última oración de un hijo moribundo a su madre, atribuido a Nezahualcoyotzin.2

Nonantzin ixkwak nimiki
Motlikwilpan xinechtoka
Iwan ixkwak titlaxkalmanaz
Nopampa tichoka

Tla aka michtlaxtlaniz
'Nonantzin tlika tichoka'
Xikilwi 'Xoxoki in kwawitl
Iwan ikaion popoka'


Madre querida, cuando yo muera
Entiérreme bajo el suelo de la cocina endurecido por los pies de generaciones,
Y cuando esté haciendo tortillas,
Y pensando en mí, llorará—
Si alguien le pregunta, "¿Por qué llora?"
Responda, "La madera que puse en el fuego es verde,
y es el humo que me ahoga."

A la postre, escribió una obra para títeres en este idioma que fue representada en la parte trasera de un camión a través de muchos pueblos mexicanos. Charlot recordaba que los actores añadían versos--por ejemplo, lamentando la muerte del emperador azteca--y la audiencia escuchaba con gran atención, no estando acostumbrados a escuchar su lengua usada para un propósito tan artístico. (Más tarde escribió y publicó dos obras de teatro en hawaiano). Agradecemos al Dr. Frances Karttunen por su ayuda tan necesitada en la edición del texto y por su valioso apéndice, "Mowentike Chalman/Los Peregrinos de Chalma de Jean Charlot."

En 1947 volvió a los Estados Unidos y fue nombrado director de la escuela de arte de Colorado Springs. En 1949 recibió una invitación para pintar un mural en la Universidad de Hawai. Inmediatamente, tanto Charlot como Hawai se sintieron recíprocamente atraídos, y él pasó los últimos treinta años de su vida en Honolulú desempeñándose como profesor en las aulas de la Universidad de Hawai. Durante las décadas de los años 50, 60 y 70, Charlot llevó a cabo más de cincuenta obras monumentales en iglesias y edificios públicos, a lo largo de los Estados Unidos y en otros puntos del Pacífico.

Al escribir a su amiga Carmen Barreda, el 29 de abril de 1965, le expresó en español lo siguiente: "¡Aunque no he podido regresar a México, siempre será el país preferido de mi corazón!" En 1968, una vez más vino a México, invitado por el gobierno, para asistir a una enorme exposición retrospectiva de su obra, organizada por Carmen Barreda, y que se efectuó en el Museo de Arte Moderno, con motivo de la XIX Olimpiada. México, por fin, rendía homenaje a "el Francesito" de ascendencia azteca, quien había vivido en este país casi cincuenta años antes. Se enfatizó su importancia con una segunda retrospectiva organizada en 1994 por Blanca Garduño y Milena Koprivitza y el gobierno mexicano.

En sus últimos años, Charlot escribió algunos artículos en español acerca de sus antiguos amigos artistas, a veces, trágicamente, después de sus muertes. Raras veces escribió cartas en español y, aun menos, conservó copias de ellas. Por esto, en la importante correspondencia, ahora publicada, con José Clemente Orozco, carecemos de las cartas de Charlot. Utilizó una máquina de escribir solamente en las décadas de los 60 y 70. A menudo, cuando los amigos mexicanos le escribían en español, él respondía en inglés. Como consecuencia de ello, tenemos sólo tres cartas en español, que se incluyen en este libro. También escribió poesía, pero no en español. Aun los "Poemas de Jean Charlot", que aparecieron en Contemporáneos (México, número 37, junio de 1931), están escritos en francés.

Después de la muerte del artista, en 1979, la Universidad de Hawai creó una colección especial, que lleva su nombre, en la biblioteca de la Universidad. En ella pueden encontrarse su biblioteca y archivo personales, así como la mayor parte de sus ochocientos grabados originales, cuadernos de apuntes, dibujos para murales y sus diarios (escritos en taquigrafía francesa y no transcritos ni traducidos todavía). También existen muchos trabajos de arte y literatura de sus contemporáneos mexicanos, franceses y norteamericanos. Esta colección se ha convertido en un centro de estudios de arte y literatura del siglo XX, con atención especial al arte mexicano. De sus archivos han surgido todos los textos originales en español que componen el presente libro. Expresamos nuestro sincero agradecimiento a la señora Zohmah Charlot y al Señor Daniel Morse por permitirnos su publicación. Agradecemos tambíen a la Doctora Nancy Morris, conservadora de la colección de Jean Charlot, biblioteca Hamilton, Universidad de Hawai, por la publicación de este libro y a la Señora Andrea Nakamura por su ayuda técnica para ponerlo en Internet.

Peter Morse y John Charlot

Honolulú, Hawai, 1995.


1 Las excepciones mayores son las cartas de Charlot a Doña Luz Jiménez, la modelo, informante y autora en náhuatl, y una noticia breve que él hizo para la exhibición de Luis G. Serrano, Exposición de la teoría de la Perspectiva Curvilinea Mono-Esferica, del veintitrés de agosto al cinco de septiembre de 1945, en el Palacio de Bellas Artes, México, D. F. La mencionada noticia nunca apareció publicada, y la copia que Serrano nos envió tan amablemente se perdió. Nuestras disculpas a Serrano por este incidente. Tenemos la traducción de Charlot de español a inglés hecha en 1972:

Curvilinear Perspective: In itself most interesting in its logical attack against the more scientific elements of academic art, known as Italian perspective. The latter proved itself a superb tool in the hands of its creators, men of the early Renaissance, but later on it became a club with which one could threaten the young artist who refused it obedience.

Perspectiva curvilinea: en sí misma muy interesante en su ataque lógico contra los elementos más cientificos del arte académico, conocida como perspectiva italiana. La última se ha confirmado como una herramienta grandiosa en las manos de sus creadores, los hombres del temprano Renacimiento; sin embargo más tarde se convirtió en un garrote para amenazar al joven artista que se negó a su obediencia. (Traducción de Marta Gonzalez-Lloret)

Todos los materiales sin publicar que han sido utilizados en este libro, se encuentran en Jean Charlot Collection en Hamilton Library en la universidad de Hawai, Honolulu, Hawai.

2 La transcripción de Charlot está en ortografía moderna, aprendida de Barlow. Su traducción al inglés es de una cinta de audio hecha en Colorado Springs, Colorado, Estados-Unidos, el 6 de mayo 1949. Verso 1, línea 4, tichoka es xichoka en la cinta; verso 2, línea 1, mich- es mitz- en la cinta.

Mother dear, when I die
Bury me under the beaten earth of the kitchen
And when you do the tortillas
And thinking of me, you cry—
If somebody asks you, "Why do you cry?"
Answer, "The wood that I put in the fire is green,
And it is the smoke that chokes me."

La traducción de inglés a español está hecha por Marta González-Lloret.

 


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